Cony Diaz es especialista en Economía y Finanzas. Se ha desempeñado en el área financiera por más de 15 años. Asimismo, cuenta con una licenciatura en Periodismo y Comunicación Colectiva con más de 20 años de experiencia en el ramo. También ha trabajado por más de 8 años en la prevención del abuso sexual infantil y apoyando a víctimas adultas de este delito.
Pederastas y pedófilos se justifican. No hay delincuente que acepte abiertamente ser basura social como no hay borracho que coma lumbre. Nos llena de horror escuchar a clérigos de cualquier rango justificar la pederastía y proteger a sus perpetradores. Nos escandaliza leer que en países como Holanda se les permita formar un partido político, que haya otros que promuevan la pederastía como una preferencia sexual libre y que hablen de sexo consensuado cuando se refieren a niños, niñas, adolescentes y animales. Maldecimos cada vez que los defensores del SAP (Síndrome de Alienación Parental) abren sus sucias bocas para negar que exista el abuso sexual y en su lugar afirmar que les hacen un favor a los menores de edad al iniciarlos a la vida sexual activa a temprana edad.
La verdad es que ningún niño o niña puede provocar el abuso sexual porque ni siquiera tienen idea de qué es una relación sexual. Si un niño o niña lo sabe o lo intuye, lo primero que debemos preguntar es ¿a qué ha estado expuesto ese menor? Generalmente, luego del abuso sexual, los niños y niñas muestran comportamientos sexuales más abiertos o mayor curiosidad sobre el sexo y las relaciones sexuales, en comparación con los pequeños que permanecen inocentes y protegidos como corresponde a su edad.
Aun cuando un niño o niña mostrara un comportamiento claramente seductor (y volvemos a la misma pregunta ¿por qué?), él sigue siendo el menor de edad y el responsable de lo que suceda a continuación es el adulto. No el menor. Una niña puede lanzarse desnuda a los brazos de papá; no obstante el papá no tiene derecho a tocarla con intenciones sexuales. Eso no es seducción. Lo que corresponde al padre es mandar a la niña a vestirse y posteriormente hablar con ella para que esa conducta no se repita. De hecho un padre con la cabeza sobre los hombros no ve en su hija pequeña a una mujer voluptuosa ni candente.
Los pederastas y quienes los defienden hablan de sexo consensuado. ¿Cómo puede un bebé consentir algo cuando, además de no saber nada, ni siquiera es capaz de hablar? ¿Cómo puede una niña consentir una relación sexual con su tío 30 años mayor si ella no sabe en qué consiste el juego que el tío está proponiendo? ¿Cómo puede un adolescente consentir una relación sexual con el párroco de su comunidad y sentirse totalmente asqueado? ¿Por qué un niño o una niña que tiene una relación sexual con un adulto siente pánico, dolor y vergüenza? ¿Por qué todos estos niños y niñas crecen sintiéndose sucios, devastados, intentando suicidarse, auto destruyéndose una y otra vez en todas las formas posibles, si se trató de sexo consensual? ¿Por qué, si fue sexo consensual, estos niños y niñas pasan años de sus vidas adultas en terapias psicológicas, tomando medicamentos y tratando de recuperar la sanidad mental y el amor propio? ¿Por qué los pederastas se aseguran, por medio de amenazas y chantaje, que estos niños y niñas no hablen? ¿Por qué se esconden si tienen la aprobación de los pequeños? ¡PORQUE NO ES SEXO CONSENSUADO! ¡ES ABUSO SEXUAL INFANTIL!
La verdad es que ningún niño o niña puede provocar el abuso sexual porque ni siquiera tienen idea de qué es una relación sexual. Si un niño o niña lo sabe o lo intuye, lo primero que debemos preguntar es ¿a qué ha estado expuesto ese menor? Generalmente, luego del abuso sexual, los niños y niñas muestran comportamientos sexuales más abiertos o mayor curiosidad sobre el sexo y las relaciones sexuales, en comparación con los pequeños que permanecen inocentes y protegidos como corresponde a su edad.
Aun cuando un niño o niña mostrara un comportamiento claramente seductor (y volvemos a la misma pregunta ¿por qué?), él sigue siendo el menor de edad y el responsable de lo que suceda a continuación es el adulto. No el menor. Una niña puede lanzarse desnuda a los brazos de papá; no obstante el papá no tiene derecho a tocarla con intenciones sexuales. Eso no es seducción. Lo que corresponde al padre es mandar a la niña a vestirse y posteriormente hablar con ella para que esa conducta no se repita. De hecho un padre con la cabeza sobre los hombros no ve en su hija pequeña a una mujer voluptuosa ni candente.
Los pederastas y quienes los defienden hablan de sexo consensuado. ¿Cómo puede un bebé consentir algo cuando, además de no saber nada, ni siquiera es capaz de hablar? ¿Cómo puede una niña consentir una relación sexual con su tío 30 años mayor si ella no sabe en qué consiste el juego que el tío está proponiendo? ¿Cómo puede un adolescente consentir una relación sexual con el párroco de su comunidad y sentirse totalmente asqueado? ¿Por qué un niño o una niña que tiene una relación sexual con un adulto siente pánico, dolor y vergüenza? ¿Por qué todos estos niños y niñas crecen sintiéndose sucios, devastados, intentando suicidarse, auto destruyéndose una y otra vez en todas las formas posibles, si se trató de sexo consensual? ¿Por qué, si fue sexo consensual, estos niños y niñas pasan años de sus vidas adultas en terapias psicológicas, tomando medicamentos y tratando de recuperar la sanidad mental y el amor propio? ¿Por qué los pederastas se aseguran, por medio de amenazas y chantaje, que estos niños y niñas no hablen? ¿Por qué se esconden si tienen la aprobación de los pequeños? ¡PORQUE NO ES SEXO CONSENSUADO! ¡ES ABUSO SEXUAL INFANTIL!
Consuelo Diaz Barriga posses and MBA of Economics and Finance with more than 15 years' experience. She has an BA of Communications and Journalism with more than 20 years' experience. She has volunteered for more than 8 years in preventing child sexual abuse and supporting adult survivors.